En el fado, este estilo musical colmado de nostalgia de origen portugués, hay una voz clásica, la de la gran Amalia Rodríguez. Una figura icónica, poseedora de una carrera destacada con proyección internacional, iniciada en la década de los 30 del siglo pasado y extendida hasta 1999, el año de su muerte. Responsable de un legado escrito tanto por ella misma a la par de otros célebres autores; un profuso inventario que ahora visita otra de las figuras destacadas en ese estilo, quizás la más popular en la actualidad, en el disco que acaba de dar a conocer: Mariza canta Amalia. En éste, la consagrada cantante de 47 años repasa un cancionero clásico con composiciones de grandes maestros como Luis de Camões, Antõnio Souza Freitas y José Regio, entre otros.
Amalia canta Amalia incluye dos originales de la propia Rodríguez: “Lágrima” y “ Estranha forma de vida”. La primera recurre a una instrumentación colmada de elementos donde, además de guitarras, hay piano, alientos y metales; recursos que armonizan sin perder el aire de tristeza cinematográfica que distingue a esta música. La segunda, recurre más o menos a los mismos elementos instrumentales, pero en ésta la guitarra portuguesa tiene un rol más protagónico, asumiendo el diálogo con la poderosa voz de la fadista. Las cuerdas, nuevamente, otorgan un carácter de banda sonora a la canción, quizás el aporte más notable de Mariza, quien arrancó su carrera en 2001 con el álbum Fado de Min y que a la fecha ha editado 7 discos de estudio.
Un lujo en todo sentido que ofrece una versión no clásica en su esencia del fado, pero con una instrumentación que salpica a su tratamiento de los recursos de la música culta, reportándole una elegancia adicional no muy común a una música que también privilegia el sabor de la calle y la vida nocturna. De hecho, “Com que voz”, su primer track inicia con un violín de tono dramático que señala el camino que la melodía acatará a continuación.
Gran homenaje el que Mariza hace al espíritu de la gran Amalia Rodríguez. Quién mejor que ella que ha logrado afianzarse como una de las protagonistas de un estilo tan legendario como vigente.
Renovación
Y ya que abordamos el fado, extendamos este episodio de Clásicos Instantáneos a otra de las figuras del mismo, una que lo está renovando con valentía y creatividad, a quien por cierto tuvimos en la edición 2020 del Festival Cervantino: Sara Correia.
Con un sonido de cierta manera más apegado a lo tradicional, pero con una actitud de reinvención, Correia dio a conocer el año pasado su segundo trabajo, Do coração, luego de que su luminoso debut epónimo pusiera sobre ella todos los reflectores, en 2018.
Correia tiene la gran ventaja de que su aproximación al fado contempla asumir la liberta de la música pop, creando melodías en las que la acompaña un virtuoso grupo musical, integrado por Diogo Clemente —su arreglista—, Ángelo Freire en la guitarra portuguesa, Marino de Freitas en el bajo y Vicky Marquez en percusión. Un talento, el suyo, que brilla por la potencia de una voz que cala hondo, reteniendo en su propuesta la magia innata de ese estilo musical colmado de sentimiento.
Dos figuras, ambas admiradoras de la herencia musical de Amalia Rodríguez, que hacen de la escucha del fado que las define una experiencia tan exótica como gozosa a la vez.
LAT