El whisky o “güisqui” (como se recomendaba escribir según la Real Academia) es una bebida de origen gaélico. Aquí no vamos a entrar en la disputa de si se originó en Irlanda o en Escocia, aunque hay más datos que apuntan hacia la primera opción, en específico hacia la destilería Bushmills de 1608.
La palabra “whisky” proviene del gaélico “uisge beatha" (o bien, whiskey del gaélico irlandés “uisce beathadh”) que significa “agua de vida”. Y vaya que lo es.
Cómo catarlo
Los pasos para beber el whisky son los mismos que se pueden aplicar a la cata de otras bebidas: en primer lugar se sirve, en este caso lo más recomendado es el vaso Old-fashioned o Rock Glass o la copa Glencairn.
Lo segundo es que, como toda bebida, se puede disfrutar con todos los sentidos, por lo que se puede empezar con la vista, mirando el licor a contraluz, para ver su cuerpo, cómo se adhiere al cristal, su color. Mientras más oscuro sea su tono y mientras más espeso se vea, significa que pasó más tiempo en la barrica, es decir, está más añejo y sabrá más amaderado.
Luego, viene el olfato, se debe descubrir los aromas que posee y para ello nada mejor que la experiencia personal: a veces huelen a madera, a vainilla, a naranja, hay que dejarse llevar.
Finalmente, se prueba un poco, apenas un “besito” como el mezcal, dejar que remoje la lengua y el paladar y sentir el sabor. Allí es donde se descubre la variedad: los hay con sabores cítricos como el limón o la naranja o con sabores dulces como la miel, la vainilla, el caramelo, menta, tabaco o manzana.
Sugerencias y dónde probarlo
Si nunca has bebido whisky o eres un aficionado, te recomendamos visitar La Mata Tinta de Tlaquepaque, ya que allí puedes probar tragos pequeños y habrá meseros, o quizá el mismo Douglas Galloway que te podrán asesorar de cuál es la mejor opción para ti, de acuerdo a lo que busques, ya sea una bebida más dulce o una más aromática, con sabor afrutado o amaderado.
Hablamos con Douglas Galloway, socio de La Mata Tinta y autor de la selección del restaurante, quien recordó su primer contacto con el agua de la vida, aconsejó para empezar: “ir a donde sepan de whiskey y animarse a probarlos, ya que hay muchos sabores muy distintos unos de otros, si uno no te gusta, lo mejor es probar otro. También es bueno acercarse a través de los sabores que más te gusten”.
“Yo me enamoré del whisky por mi padre. La primera vez que me dio a probar a los 18 años no me gustó. Cuando falleció mi padre, mi hermano abrió una de sus botellas y me insistió a que lo probara, y me encantó el sabor. Y eso sucedió 20 años después. Desde allí empecé a probar más y más y me sorprendí por la cantidad de sabores y aromas. Entre mis favoritos están Cao Lila, por ejemplo”, añadió.

El restaurante cuenta con una selecta carta de whiskies con un resumen de las notas de cada uno de los destilados. Por ejemplo, el Monkey Shoulder, que tiene un olor a vainilla, que une un aroma a frutas frescas con la frescura del limón; sabor a especias y plátano o el Isle of Jura – Superstion, en el que predominan las notas a humo y el sabor ahumado, así como un sabor a miel y a nuez.
Cada uno de los whiskies, fue seleccionado cuidadosamente, cada uno tiene su historia por lo que no es recomendable mezclarlo con refresco y pedir una copita especial para el whisky.
La Mata Tinta abre una sección de su carta “Whisky Premium”, que se basa en el libro 101 Whiskies que debes probar antes de morir de Ian Buxton. Actualmente la carta cuenta con Cao lila, ardbeg, woodford reserve, bruichlanddich-classic laddie, quinta ruban, dewar’s, monkey shoulder, talisker, highland park, aberfeldy 12.
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