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Clásicos Instantáneos: Cave y Ellis, hermanos en complicidad

Es la confirmación de que Nick Cave ha encontrado en Warren Ellis su alma gemela en lo musical

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Carnage es, antes que nada, la confirmación de que Nick Cave ha encontrado en Warren Ellis su alma gemela en lo musical. Alguien con quien realizar ambiciosos proyectos en complicidad, en principio una serie de soundtracks y ahora, finalmente, su primer álbum de canciones.

De cierto modo, Ellis vino a llenar el hueco en los Bad Seeds —la banda que acompaña a Cave desde siempre—, que dejara el alemán Blixa Bargeld quien retornó en 2004 a su proyecto original, el ensamble de música experimental Einztürzende Neubauten. Aunque, hubo algunos discos en los que el compositor australiano contó con los talentos de ambos: The Boatman’s Call (1997), No More Shall We Part (2001) y Nocturama (2003). En sí, el proyecto que evidenció la amistad férrea que surgiría en ambos fue Grinderman, el cuarteto que complementaron el bajista Martin Casey y el baterista Jim Sclavunos; un proyecto más intenso musicalmente que los Bad Seeds, que dio a conocer dos álbumes espléndidos, el primero en 2007 y el segundo en 2010.

Cave y Ellis han emprendido la composición de varias bandas sonoras, trabajando con el cineasta australiano John Hillcoat, en cintas como The Proposition (2005), The Road (2009) y Lawless (2012). Es ésta última la que más se aproxima al concepto de Carnage, ya que para ella ambos compusieron una serie de canciones de aire country/folk, en colaboración con otros destacados nombres de la música contemporánea como Emmylou Harris y Mark Lanegan.

Canciones de hoy


Carnage es, en términos generales, un disco de baladas reflexivas en las que Cave y Ellis utilizan un amplio espectro de recursos: instrumentos eléctricos, dramáticos arreglos de cuerdas, juegos corales y recursos electrónicos. Sus ocho canciones se concibieron y produjeron durante la pandemia y por ello reflejan el pesimismo de estos días, en algunos casos con determinada elocuencia. Hay también en ellas esa carga espiritual. Así pasa con “Hand of God”, en la que Cave alude simbólicamente a la vulnerabilidad del ser humano, en medio de condiciones mundanas y celestiales, que no puede explicarse y que condicionan su existencia. En cierto momento canta: Mano de Dios, nunca más vuelvas a irte / Deja que el río lance su hechizo sobre mí.

“White Elephant” está inspirada en los recientes hechos acontecidos en Estados Unidos, tanto la debacle de Trump, como el asesinato de George Floyd y las protestas a favor del movimiento Black Lives Matter que pretende visibilizar el irresoluble racismo que se vive en ese país.

Y “Albuquerque”, una pieza marcada por la tristeza, con elegantes arreglos de cuerda de aire cinematográfico, parece recordarnos la inmovilidad que nos trajo el confinamiento que hemos vivido los últimos meses. En ella, Cave afirma con resignación: Y no llegaremos a Amsterdam / O a ese lago en África / Y no iremos a ningún lugar / En ningún momento este año, cariño…

No hay duda que las canciones de Carnage retienen la sobriedad que caracteriza a las más introspectivas baladas de Cave. Pero allí está, solícito, ese genial hombre orquesta de apellido Ellis, aportando todos los recursos necesarios para llevarlas a buen puerto; ratificando en ello porqué consideramos a estas altura al también novelista y actor como un hermoso e iluminado monstruo de la canción


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