El pasado 15 de enero la nueva serie de Matt Groening estrenó su tercera temporada en Netflix. (Des)encanto cuenta con una crítica mixta entre quienes disfrutan el cambio de curso que tiene la serie en comparación con los títulos más populares de Groening; mientras que otros señalan la falta de humor ácido que ha caracterizado a las animaciones más populares de la plataforma. Ciertamente, el humor de la tercera temporada está apenas presente, lo que deja más una historia de aventuras con toques de humor que una serie cómica per se.
(Des)encanto sigue la historia de Bean, una princesa poco convencional amante de la bebida, que es acompañada por Elfo y Luci, su demonio personal. Este grupo disfuncional se las arregla para seguir unidos en su búsqueda por su lugar en el mundo. El final de la segunda temporada dejó a los fanáticos con preguntas y expectativas después del encuentro de Bean con su madre. A ello se le suma una conspiración alrededor de la corona y las incursiones a Steamland, una tierra donde la ciencia predomina sobre la fantasía.
La serie muestra un momento de cambio para Groening: en primer lugar, se trata de una serie pensada directamente para la popular plataforma de streaming, cuyas producciones comienzan a tener ciertos motivos similares entre sí; por otro lado, esta es una historia que apuesta por conflictos que requieren de más tiempo para resolverse, lo que implica una mayor cronología y un manejo distinto de la trama. Si bien en ocasiones el uso de ese tiempo es demasiado prolongado para su propio bien, la tercera temporada cuenta con algunas ideas interesantes para darle una oportunidad durante un domingo por la tarde.
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